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Carrefour, un Consejo de Administración que no quiere oír. ¿Y el tuyo?.

Hace unos días leí con interés los resultados del Grupo de distribución alimentaria Carrefour en España. Por primera vez ha presentado números rojos…Sus resultados antes de impuestos han arrojado unas pérdidas de 34 millones de euros frente a los algo más de 100 millones de beneficios del ejercicio 2011.

Lo más relevante desde mi punto de vista es la justificación que los gestores de Carrefour dan a estos resultados y sobre todo la aparente complacencia del Consejo de Administración (aunque lógicamente a los medios llega lo que llega). Tal como reflejan en su memoria  achacan este deterioro a “El difícil entorno macroeconómico del país, caracterizado por el bajo crecimiento y los fuertes ajustes fiscales, que han repercutido claramente en un descenso generalizado del consumo» (www.carrefour.es)

Cuando menos curioso…y lo digo por dos razones:

La primera es que durante el periodo 2007-2011 cuando la multinacional presentaba resultados positivos, las principales razones que argumentaban para razonar dichos resultados eran (según sus propias memorias anuales) la excelente visión de sus directivos, su estrategia multimarca, su inteligente proceso de expansión, el Club Carrefour y el Programa de Desarrollo Sostenible.

Durante esa época no parecía que importara en exceso que a la generalidad del sector le fuera bien (aunque no hubieran llevado a cabo ninguna de las iniciativas estratégicas que Carrefour estaba llevando adelante)…

La segunda razón es que otros competidores, por ejemplo Mercadona, han tenido ese mismo entorno macroeconómico y fiscal y sin embargo han presentado cuentas que reflejan aumentos de ventas en torno al 7% e incremento de beneficios cercanos al 10%…

Y aunque pueda parecer extraño, este comportamiento es muy común en el entorno empresarial. Es el conocido como sesgo de la confirmación. Por él, nuestro cerebro procesa de manera diferente aquellos indicios que apoyan nuestras teorías, que asimila y de manera casi subconsciente ignora aquellos que van en dirección contraria.

Tamizamos la información para mantenernos en nuestras posiciones previas. Incluso está demostrado científicamente que el cerebro olvida las pruebas refutatorias en 30 minutos…

Warren Buffet o John Kennedy Galbraith son algunos de los que han conocido la perversión de este sesgo en las decisiones y optaron por acciones para minimizarlo.

Y por supuesto una pyme está, si cabe, más expuesta a este tipo de sesgo ante la habitual ausencia de consejeros independientes en sus órganos de gobierno.

Una buena manera de aminorar las consecuencias de esta toma de decisiones ineficientes es, primero ser conscientes de que el sesgo existe, y segundo, buscar de manera incansable voces contrarias y opiniones que no apoyen nuestras teorías. Y si no las tenemos en nuestra organización, hagamos por buscarlas fuera de la misma.

 

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