El Código Técnico de la Edificación (CTE), más concretamente su revisión, ha sido uno de los temas de debate dentro del sector de materiales de construcción durante los últimos dos años.
Por un lado, por los distintos requisitos que se intuía que exigiría cumplir a las empresas fabricantes. Por otro, porque quienes estamos dentro de este mundo llevábamos muchos meses especulando sobre cuándo se iba a aprobar la nueva actualización del código.
No ha sido hasta este 23 de diciembre de 2019 cuando la nueva revisión del código ha sido aprobada. Y a partir de este momento llega una de las preguntas que la mayoría de las organizaciones se están haciendo.
¿Cómo me van a repercutir las nuevas especificaciones del código técnico de edificación y qué tengo que hacer para que no me afecten negativamente?
Cómo ya veníamos diciendo desde hace tiempo en Apliqa, el nuevo código técnico de edificación está principalmente orientado hacia la mejora del rendimiento energético y la salubridad de los edificios, así como a su descarbonización. El cambio ha sido aprobado en el Consejo de Ministros mediante un Real Decreto que según sus propias palabras se promulga “…para mejorar las prestaciones de los edificios, para garantizar la salud, el confort y la seguridad de los ciudadanos.”
En la nueva norma podemos observar cómo no sólo se habla de eficiencia energética de los edificios, si no que se hace también hincapié en la salud, confort y seguridad de éstos. Además, no será suficiente con mejorar las prestaciones de los distintos materiales aislados en cuanto a sostenibilidad se refiere, sino que también deberán cumplir ciertos requisitos que aseguren y mejoren las prestaciones generales del conjunto que ofrecían hasta la fecha.
Por ejemplo, se impone una mayor exigencia de la envolvente a través del coeficiente de transmitancia térmica a lograr, lo cual afectará sin duda a gran parte de los materiales aislantes utilizados en la actualidad y sus múltiples soluciones. Se espera un periodo de transición en los próximos meses, hasta que las modificaciones entren en vigor. Ahora bien, es evidente que el desajuste entre los competidores que ya habían previsto esta necesidad desde hace tiempo y habían “movido ficha” en esa dirección y el resto, jugará un papel determinante en la arena competitiva.
Otras consecuencias prácticas de la revisión del CTE:
- La protección solar será un factor clave como medida pasiva para reducir la demanda de refrigeración en los edificios.
- Los edificios serán mucho más herméticos de cara a evitar entradas de aire no deseadas que den lugar a pérdidas energéticas sobre todo en las épocas del año con temperaturas más bajas. Por un lado, se mejorarán las exigencias de aislamiento en el sector de rehabilitación y en reformas de menor tamaño y por otro lado, también aumentan las exigencias de las prestaciones térmicas de los cerramientos con soluciones de cristal, no solo en obra nueva, sino que también en rehabilitación.
- El control del riesgo de las condensaciones permanece en la norma como exigencia fundamental.
- Las mayores exigencias de aislamiento con respecto a las infiltraciones del gas radón, de lo que se veía hablando desde hace tiempo.
- También ha tenido lugar la unificación de criterios para dos “grupos” de edificios con valores límite bastante diferenciados, como son los indicadores de consumo para edificios de uso residencial privado y para uso no residencial privado.
- Si nos centramos en uno de los aspectos a los que más han afectado las modificaciones del CTE, como es el control de la demanda energética de los edificios. Cabe destacar que se fija un coeficiente global en el límite de transmisión de calor a través de la envolvente térmica, expresado como valor “k”.
- En relación al punto anterior, cabe señalar que el cálculo detallado de los puentes térmicos será una de las exigencias a cumplir en todos y cada uno de los proyectos. Sin olvidar que no basta con el cálculo del coeficiente “k” ya que el autor del proyecto también debe justificar el cumplimento del CTE HE y con ello los consumos de energía primaria no renovable y total a través de los programas informáticos correspondientes.
Definición de una estrategia de prescripción
Por todos estos cambios, se torna fundamental definir una buena estrategia que esté alineada con las evoluciones que se avecinan en el sector. Y no hablamos del largo plazo, si no que empezaremos a observar cambios evidentes a corto. Sin ir más lejos, aunque los edificios que vayan a cumplir con esta nueva normativa no vean incorporar sus materiales probablemente hasta el 2021, las labores comerciales, entre ellas la prescripción, hay que empezarlas de manera inmediata.
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