En las empresas de materiales de construcción resulta clave el buen funcionamiento de la cadena logística. Y aún más si se trata de una empresa, cuya oferta en el catálogo tiene un tamaño considerable. Habitualmente este es uno de los grandes problemas que se encuentran las empresas del sector.
Una definición que nos gusta para este proceso es la que sigue: “La logística trata sobre llevar el producto adecuado al cliente adecuado, en la cantidad adecuada, en las condiciones adecuadas, en el lugar adecuado, a la hora adecuada y al coste adecuado”. Su autor es John J. Coyle, profesor de logística en la universidad Penn State y autor de diversos libros sobre la materia.
Tras leer la misma, puede parecer tarea sencilla, pero nada más lejos de la realidad. Cada uno de los factores antes mencionados, requieren de dedicación, atención, esfuerzo, coordinación y capacidad de reacción, entre otros aspectos.
Para que el producto, el cliente objetivo, la cantidad, la calidad, el momento y la inversión sean óptimas, debe existir una estrecha relación a la largo de todos los factores que componen la cadena logística.
Si a esa complejidad añadimos el elevadísimo número de referencias que habitualmente las empresas del sector se ven obligadas a ofrecer por las distintas costumbres en cuento a técnicas constructivas y acabados nos encontraremos con la “tormenta perfecta”.
Este difícil equilibrio muchas veces genera problemas en las empresas de materiales de construcción, ya que no se tiene en cuenta el valor “individualizado” de cada uno de los factores que antes comentábamos.
Es fácil encontrar situaciones en las que se busca tener los mejores productos y además un amplio catálogo de los mismos, y todos los esfuerzos se dirigen solo a ello. Y generalmente cuando una empresa se centra mucho en el portfolio de producto, quedan atrás factores como el cliente, la capacidad de reacción ante problemas surgidos a la largo de la cadena, etc.
Problemas habituales en las cadenas logísticas complejas en empresas de materiales de construcción
Enunciamos a continuación dos de los problemas habituales que se pueden dar en las empresas de materiales de construcción, para de este modo entender el contexto de los mismos y cómo solucionarlos.
“Rotura de Stock”
A cualquier responsable de la logística de una empresa (y por supuesto al departamento comercial), le puede resultar aterradora la expresión, “rotura de Stock” y más si se trata de una cadena de suministro compleja, “alimentada” por una gran cantidad y variedad de productos. Al ser cadenas largas, mayor es la cantidad de inventario que tienen que gestionar los fabricantes y sus canales de distribución.
Para no encontrarnos con estas situaciones, se pueden realizar las siguientes acciones:
- Conocer la cantidad de inventario requerido en cada almacén de distribución. Existen modelos de predicción de los tamaños óptimos de stock.
- Conocer en qué momento es necesaria dicha cantidad de inventario en cada almacén de distribución. Suele haber vinculaciones con la estacionalidad de los pedidos en un periodo concreto.
- Realizar previsiones de demanda. La inteligencia artificial ha mejorado mucho las técnicas de estimación de la demanda.
- Establecer márgenes de seguridad para el stock. En función del grado de certeza que queramos tener sobre lo que los modelos matemáticos nos indiquen.
- Llevar un control a tiempo real de nuestro inventario. La tecnología está ayudando mucho en este sentido (RFDIs por ejemplo).
- Definir claramente, el proceso y los agentes que intervienen en cada una de las fases de la cadena de suministro. Si surge un problema, sabremos dónde ha surgido y quién es el responsable de solucionar el mismo. Con ello reduciremos los tiempos de reacción y facilitaremos que el resto de fases no se conviertan en cuellos de botella.
Retraso con productos de nuevo lanzamiento
Podemos denominar una cadena de suministro, como una máquina que está continuamente en marcha, 24 horas al día y 7 días a la semana. De modo que el lanzamiento de un nuevo producto requiere incorporarlo a esta cadena, mientras ésta continua desarrollando su actividad diaria.
Es una tarea compleja y que además se da habitualmente en empresas de materiales de construcción que quieren mantener “nutrido” con novedades, su amplio catálogo de productos.
En estos casos, suele suceder que el material llega al cliente final más tarde de lo que debería, debido a que durante la fase de desarrollo y venta del producto, no se han tenido en cuenta todos los factores que afectan a la cadena logística.
¿Qué es lo que podemos hacer para que esto no suceda?
- Definir los agentes, factores y recursos de la cadena que se ven afectados por el lanzamiento de un nuevo material.
- Realizar una estimación de tiempo realista. Generalmente pecamos de lo contrario cuando se trata de estimar un cómputo global del tiempo que transcurre desde que la materia prima del nuevo producto llega a fábrica, pasa por las distintas fases de producción y transporte hasta su destino y se almacena en las diferentes “plantas” de distribución, lista para ser adquirida por el cliente.
- Optimizar nuestra oferta a la previsión de demanda. El “ya se venderá” es un pensamiento, ineficiente, el paso del tiempo puede que acabe provocando que lo que era un nuevo producto, en poco tiempo quede obsoleto. Hacer un ejercicio de depuración de productos de baja rotación con el mismo “entusiasmo” que se lanzan nuevos productos es una necesidad.
Como conclusión, podemos decir que las palabras que debemos tener en cuenta de cara a organizar una compleja cadena logística son: previsión, organización, control y actuación.
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